Poco importa que te oigas
si te pronuncias tú solo
ni que te afirmes viviendo
del eco de tu monólogo,
si no escuchas el clamor
que se levanta en los otros
ni adviertes el gran silencio
que te carcome en el fondo:
porque estarás como sordo,
preguntarás como sordo,
te acabarás como sordo
No importa que al despertarte
veas tu hembra entre tus dedos
ni que te observen tus ojos
desde el hondo del espejo,
si no miras las criaturas
que pugnan por tu desvelo
ni sientes la noche inmensa
que te está creciendo dentro:
porque andarás como ciego,
porque pagarás por ciego,
te morirás como ciego.
DEL CAMINO Caminante, no hay caminos.
Se hace camino al andar.
A. Machado.
Cuando el camino termina,
con todo el campo delante,
¿ será que acabó el camino,
o se rindió el caminante ?
Si vamos camino atrás
o camino hacia adelante
en este estar y no estar,
¿ quién lo sabe, caminante ?
Soy de aquellos que se quedan
a la vera del camino.
Si está cerrado, me espero.
Si encuentro hueco, lo sigo.
Entre tantos que lo ocultan
yo soy uno que lo digo.
Los márgenes del camino
están poblados de sombras.
Levas dolientes que nutren
las síntesis de la historia
y cuyos nombres sencillos
los magnos hombres devoran.
Entre estas nieblas de sangre
se yergue Dios en persona.
Todos los versos anteriores pertenecen a un libro contable nombrado como "Vencimientos"
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