miércoles, 13 de marzo de 2024

 Válgame Dios, lo que cuesta
que este corazón me cante
y el cielo riegue la tierra.


Caprichosa que es la vida,
venga larga o quede corta.
O tocas al son que bailan
o bailas al son que tocan.


Que se tiene uno que ir,
que aquí no se queda nadie.
Que apenas lo has aprendido,
te echan del son y del baile.


Esta muralla no es obra
de albañil ní el duro acero
tuvo parte en estos puentes.
Esto es el puro silencio.
Negra transparencia, más
inaprensible que el viento.
Quien esté firme en la vida,
pase por aquí, sin miedo.
Quien sienta cantar su sangre,
que comprometa su cuerpo.
Quien sea libre en sus hermanos,
nada tema de este encuentro.
Quien esté pronto al abrazo,
aventúrese de pleno.
Aquí esta prisión es solo
lo que piensa el carcelero,
y el carcelero es apenas
sombra de su pensamiento.





Queridos amigos invisibles:
En este día trece de Marzo de 2024, doy por terminada mis entradas a éste blogger.
Me siento como un naúfrago en este mar de Internet.
No he conseguido dar a conocer, la obra poética de mi padre por su escasa difusión.
Solo me leo a mi mismo, y prefiero hacerlo con su legado de papeles, su escritura y
su cercanía en mi ser.
En un papiro, imaginario, escribo mi correo por si alguien lo encontrara, y le
interesara el leerlo. Lo introduzco en el bote de la ilusión y lo tiro al océano digital.
rabjupiter@gmail.com

Un fraternal abrazo a tod@s



viernes, 8 de marzo de 2024

 Hoy es un día gris, con viento desapacible, lluvioso ...
me produce cierta tristeza.

A el  le encantaban estos dias.

¡ Va por tí, padre !




Con alquitrán y chinitas
vienen haciendo caminos,
allí donde florecían
las amapolas y el trigo.
Allí, donde nos besábamos,
en denso gris duerme el río.
Nubes amargas secuestran
aquellos azules limpios.
Pudriéndose están los pájaros
dentro de sus propios nidos.
El corazón y el recuerdo
se van quedando vacios.
Está muriendo el paisaje
antes que nosotros mismos.


Como tú sería mi niña.
Dios te prolongue, muchacha,
mucho tiempo esa alegría.
De cierta manera, en tí
ella sigue estando viva.


Delante de las jóvenes manzanas
he puesto una puerta.
Al paso de la garza y el clavel
he puesto una puerta.
A la vista del cacto y la serpiente
he puesto una puerta.
He puesto una puerta 
a la eclosión del sol en el océano,
a la gracia del viento en las melenas.
A la altura del niño y la paloma
he puesto una puerta.
Al alcance del cóndor y las nubes
he puesto una puerta.
Al presentir la hoguera y la nevada
he puesto una puerta.
A la vibrante espiga
y al sosiego frutal de los olivos
le he puesto una puerta.
He puesto una puerta
al sexo florecído en su criatura,
al regazo de tierra
en que duerme la carne ya cumplida,
a los hondos diamantes de la noche
y a los dulces luceros del crepúsculo.
Para amparar mi paz le he construido
una cripta de espejo a mi persona
y un muro de silencio itinerante
contra el clamor común de cada día.




lunes, 4 de marzo de 2024

 


Quema el sol, enfría la sombra.
La segunda ala del año
su primer tramo remonta.
A poco más, arribamos
y cantaremos victoria:
¡ un año más a favor !
... y un año menos en contra.


Vosotros sois mi montaña.
En vuestros años asiento
los tramos de mi cordada.
En vuestros jóvenes años,
aún con el frescor del alba.
Semejante orografia,
qué alegre paz nos levanta.


La comadre María Amparo
me tomó el pulso y me dijo:
- ¡ Tienes cuerda para rato !
Ay, comadre María Amparo:
no hay corazón que esté triste
después de sentir tu mano


Yo viví para soñarlo.
Tú lo vives para verlo.
Y aquel ya para olvidarlo.


Entonces, no se por qué,
tome la primera calle
que se me vino a los pies.


A mi niña le ha nacido
un balcón lleno de rosas
y una canaria en el nido.


Sin asomarse al camino,
cada cual anda lo suyo.
Lo suyo y lo del vecino.


Cómo corre el pensamiento.
Pregúntaselo a la luz.
Quizás te conteste el viento.


Ojalá nunca te falte
una sonrisa en los labios
y una ilusión en el aire.


Cuando Dios Padre, a su imagen,
dejó a Adán en el terreno,
su linda costilla Eva
se dijo: - Ya será menos.


Maldíta mentira,
dí ya la verdad.
Que este grito oscuro que me muerde adentro
no puede callar.


Mil novecientos cincuenta.
Colombinas en la ría.
Paco Isidro y el Toronjo
con el fandango a porfía.

Aquella Huelva tan clara.
Azul sobre el Balneario
y las sardinas de alba.