viernes, 11 de julio de 2008

En el ocaso de su vida

Algunos años antes de morir dejó de escribir, leia poco, sin embargo no estaba realmente enfermo. Era cansancio espiritual, dejadez en el alma, se acercaba humilde y lentamente, casi en silencio, al final de su existencia terrena.
Durante esta época, varios años, fué atendido junto con Elena, élla sí enferma, por su cuñada Loli, mi tia... casi una madre.
Con enorme paciencia, amor y esfuerzo permaneció junto a ellos hasta sus muertes.

Él le escribió así.

A LOLI

" Tú quedarás aquí. Y bien despierta.
Y jóven, aunque acabes centenaria.
Continuarás aquí, con tu diaria
y clara lucha: santa mano abierta.

Persistirás aquí. Festiva y cierta.
Plena, con tu paciencia solidaria.
Llevándole a la muerte la contraria.
Entre tu gente: santa y libre puerta.

De criatura en criatura, fruteciendo
ellas en tí y tú en ellas mutuamente,
sois la luz en persona amaneciendo.

Vira a Poniente al astro de la vida.
Media un silencio en malva y a tu frente
vuela docta Minerva estremecida."

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