

Entre sus obras descubro; Cuentos, Ensayos, incluso pequeñas obras para teatro. En fin que en la investigaciòn voy conociendo aspectos de mi padre, por mì, totalmente desconocidos, descubro tambièn dos libros dedicados a el por Rafael Alberti, durante su exìlio
en Buenos Aires en los años 1953 y 1956 incluso con sus dibujos, una publicaciòn del "Oda al hombre" de mi padre publicada en Buenos Aires. Publicaciones en "Noches del Baratillo" o en la revista "La isla de los ratones" de Manuel Arce, etc. etc. Creo que aùn me queda mucho por descubrir y disfrutar.
"Campos de la tierra mìa.
Yo echàndoles mar y cielos,
y ellos campos todavìa.
Campos fijos de mi tierra.
En ellos siempre viviendo,
y siempre muriendo en ella.
La eternidad de estos suelos
es su lejos de la mar
y lo cerca de su cielo.
Parada muerte llanera:
quièn te pudiera vivir,
sintièndote cuando vuelas ¡ "
"Ahora vienen las fiestas
para la primavera.
Dichosa tù. muchacha,
que es tu ocasiòn primera.
Tendràs quinientos ojos
para tus nuevos senos,
de repente a la vida
redondamente plenos.
Los aires de naranjos
nupciales de tu calle,
abrazaràn el ritmo
naciente de tu talle.
Dichosa tù, muchacha,
frente a la primavera.
Flor a punto de fruto
en tu ocasiòn primera."
Por aquì se va a esos campos
que perdiste para siempre.
Embàrcate, amigo,
y duerme.
A aquellas torres, ya mudas
para siempre.
Embàrcate, amigo,
y duerme.
A aquellos oros y azules
sonrientes.
Embàrcate, amigo,
y duerme."
ELEGIA PARA UNA PUERTA.
He aquì una simple puerta,
desprendida una vez de un simple pino
por un simple jornal en un dìa simple
de un simple carpintero.
Puerta que se integrò en el simple marco
de una simple ventana de suburbio,
donde a veces el sol depositaba
un òbolo de luz.
Puerta frisando con su edad tercera,
harta ya de pestillos y persianas,
de encogerse y de hincharse y de chapuzas,
yunque de viento, sorda de improperios,
anònima y sumisa desde siempre.
Y que ahora yace, sola y colectiva,
tendida en el bordillo de la acera,
a manera de puente sobre el fango,
ofreciendo sus fibras carcomidas
a miles de silencios caminantes
en la sucia vìa pùblica.
Puerta ya liberada de sus goznes,
que eleva hacia los grises de la lluvia
su alma de cartabòn alucinada,
en la gloria final de su agonìa."
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